María Eugenia Baptista Zacarias: ¿Cómo comer pastas, sin engordar?

Tal vez, eres de las personas que no comes pasta o tratas de evitarla porque crees vas a engordar enseguida.

Pero la pasta posee un índice glucémico más bajo según estudios recientes, lo que significa que causa menores incrementos de los niveles de azúcar en sangre que aquellos con un mayor índice como la papa, el arroz y el pan blanco.

Al igual que todos los carbohidratos, si se consume en gran cantidad sin tomar en cuenta el gasto calórico de cada persona, tiende a engordar. Es decir, si te comes un plato lleno de papa, batata o avena va a tener la misma reacción que si te comes un plato de pasta. Pero si la incluimos dentro de un patrón alimenticio equilibrado, no fomenta la ganancia de peso

La creencia de que la pasta engorda tiene dos causas: la principal sería el modo de preparación que habitualmente asocia la pasta con salsas ricas en calorías, basadas principalmente en grasas como aceite, mantequilla, nata, e incluso carnes grasas, y otra es la propia composición del alimento, rico en hidratos de carbono.

Comer pasta no engorda a ninguna hora.

Considerada por algunos como el enemigo, desterrada en algunas dietas extremas para adelgazar. Sin embargo, todo depende de cómo la acompañemos. 

Te daremos varias ideas para reducir la carga glicémica de la pasta haciéndola más nutritiva y menos calórica:

  • Consume solo la cantidad adecuada para tu cuerpo: Para las mujeres es recomendable comer entre ½ taza y un 1/3, para los hombres siempre será más la cantidad de 1 taza en adelante.
  • La cantidad ideal puede ser: media taza de pasta, con proteína y vegetales.
  • Consúmela los días que tienes un mayor gasto calórico, día de gimnasio o un día muy ajetreado. 
  • Consume pastas integrales o libres de gluten: Las harinas integrales a diferencia de las tradicionales son hechas de carbohidratos de absorción lenta ajustándose a una dieta baja en calorías.
  • Las pastas frescas sin huevo ni sales añadidas son bajas en grasas y calorías.
  • Opta por salsas preparadas en casa, así controlarás el contenido de sal y elegirás lo alimentos menos procesados posibles. Por ejemplo una salsa a base de tomate, cebolla, con un toque de pimienta, sal marina y albahaca es ideal para combinar tus pastas.
También puedes agregar poco de aceite de oliva, verduras como calabacín, espárragos, cebolla, setas, especias, salmón.