El desayuno es una de las comidas más importantes del día, pues te ayudan a recargar las energías necesarias para que puedas estar activo, lleno de vida durante todo el día y desarrollar tus obligaciones sin ningún tipo de problema ni distracciones.
Todo lo que consumes afecta los niveles de los neurotransmisores, como la serotonina (hormona de bienestar), dopamina (placer y emociones) y noradrenalina (asociada al aprendizaje y la sociabilidad); así que mantén una buena alimentación para que tengas ánimo en tus actividades.
¿Por qué es necesario?
Es una de las cuatro rutinas alimentarias diarias del ser humano, a diferencia de las demás (almuerzo, merienda y cena) y es la más importante porque obtienes vitaminas y energías para el resto del día; además de ser la primera ingesta que se realiza luego de haber estado durante horas en reposo (dormir). Cualquier persona que al levantarse no consuma alimentos, esta negándole a su organismo nutrientes importantes que activan ese mecanismo de hormonas que son el motor de arranque de tu día.
Alimentos recomendados
Existe la falsa percepción de que consumir alimentos con azúcar en la mañana te mantendrá más activo (una dona o café); pues podrá llenarte de ellas durante unas horas, pero luego hará que te fatigues al mediodía. Por ello, te recomendamos algunos alimentos:
- Carbohidratos. Fuente de glucosa transformada en energía que no ocasiona alteraciones en los niveles de azúcar en la sangre. Una buena opción es el pan de centeno y la avena.
- Proteína baja en grasa. Aunque algunos opten por tocino y salchichas, poseen altos niveles de colesterol y grasa. Intenta con los frijoles negros que son una fuente de proteína.
- Vegetales. El folato ayuda a reducir los estados de ánimo negativos y la confusión mental. Si lo combinas con arroz tendrás una proteína completa.
- Quinoa. Posee los aminoácidos esenciales que aseguran los niveles de energía sostenidos durante la jornada diaria.
¡Ten en cuenta!
Es importante saber escoger los alimentos en base a las necesidades individuales y por eso debes:
- Aprender a comer vegetales y frutas todos los días.
- Invitar a tu cuerpo a comer “comida” diariamente como papa, yuca, camote, arroz integral, pollo, carne, pescado, marisco y huevos.
- Tomar suficiente agua para hidratarte, y si te cuesta tomarla, agregarle pedazos de frutas o gotas de limón.
- Ser consiente de lo que comes.
- Realizar actividad física como parte de tu vida.
- Descansar lo suficiente.
