El yoga facial es un nuevo método utilizado para el cuidado den nuestro rostro, el cual consiste en la ejercitación de los músculos de nuestra cara, para que los músculos se fortalezcan y relajen al mismo tiempo.
En nuestro rostro, bajo la dermis, se encuentran 43 músculos que nos permiten masticar, sonreír, parpadear y realizar una infinidad de expresiones faciales. Todos estos movimientos con el tiempo acaban dibujando arrugas sobre nuestra piel.
Si ayudamos a activar correctamente y con constancia los músculos de la cara, podemos mantener una piel sana y joven. Por este motivo te explicamos algunos masajes tonificantes de yoga facial que puedes poner en práctica desde ya:
1. Giros de cuello: Mirando hacia adelante, gira la cabeza hacia la derecha hasta que la barbilla esté alineada con tu hombro derecho. Una vez ahí, inclina la cabeza hacia atrás. Mantén esta postura 7 segundos y con movimientos suaves regresa a la posición de inicio. Ahora, ejecuta el mismo movimiento pero alineando la barbilla con tu hombro izquierdo. De nuevo mantén la posición 7 segundos, regresando lentamente a la posición inicial. Repite tres veces.
2. El tornado: Con la boca cerrada, recorre rápidamente con la lengua la parte interior de los labios tres veces hacia la derecha. Haz lo mismo pero hacia la izquierda. Traga saliva y repite este ejercicio de yoga facial cuatro veces.
3. El corcho: Coloca tu boca entreabierta, como si los labios formasen la letra “o” (estos deben cubrir los dientes). Seguidamente, introduce los dedos índices en la boca, junto a las comisuras de los labios y presiona para abrir la boca, pero no llegues a hacerlo, utiliza los músculos faciales para mantener la forma de la boca en “o”. Realiza este ejercicio durante 5 segundos. Relaja el rostro y repite otras 5 veces.
4. Besar el cielo: Inclina la cabeza hacia atrás suavemente al tiempo que miras hacia el cielo o al techo. Haz el gesto de dar un beso, exagerando el gesto y haciendo el sonido de besar. Repítelo 10 veces. Tras estas repeticiones, relaja el rostro y toma aire profundamente. Expulsa el aire con fuerza, como si soplaras una vela. Relaja el rostro y repite dos veces más el ejercicio.
Si bien al principio no serás consciente de los resultados, poco a poco irás ganando flexibilidad y la evolución se notará siempre y cuando incorpores estos ejercicios a tu rutina diaria. Recuerda, se necesita constancia si quieres mejores resultados.
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Fotos cortesía de El Mundo.